Megan despertó ante el relajante sonido proveniente del exterior,
aún con los ojos cerrados podía distinguir, la cacofonía que creaban
las olas cuando llegaban a la orilla, así como el de las aves, sentía
el cuerpo tibio de Thor a su lado y por primera vez era ella quien
despertaba antes que él. Abrió los ojos y los cerró de manera inmediata
al sentir como la claridad del Sol hería sus pupilas, tomó la sábana y
se cubrió de pies a cabeza, giró sobre su cuerpo y se colocó de lado
admirando el costado dorado de su dios del trueno, hizo un mayor
esfuerzo y estiró aún más las sábanas para resguardarlo a él también
debajo, lo admiraba dormir en lo hermoso que se veía y que no parecía
ser un hombre de veintiséis años, parecía un ángel, era ternura y
belleza. Se sintió tentada y con las yemas de sus dedos de la mano
derecha, empezó a acariciar con delicadeza la M celtica que tenía
tatuada en el omóplato y se sentía tan orgullosa, tan feliz y poderosa
de saber que esa M era la inicial de su nombre, que lo había hecho por
ella y para ella y no creía merecer tanto.
Sabía que tal vez su
padre tenía razón y que Thor solo estaba viviendo una fantasía, que ella
no era el tipo de mujer con la que él quería pasar una vida y ella
estaba dispuesta a darle miles de vida si tuviese la oportunidad, pero
no le gustaba pensar en eso, prefería vivir los momentos al lado de ese
hombre que la hacía sentir única, ese que con solo mirarla a los ojos
ahuyentaba a los más temibles demonios que la acechaban.
La
respiración acompasada que se apreciaba en esa poderosa espalda a la que
ella no podía abarcar la llenaba de paz, la nariz recta y los labios
entreabiertos para que pudiese respirar mejor se mostraban ligeramente
rojos, las pestañas y cejas eran doradas, sin duda alguna era un hijo
del Sol. Sus dedos inquietos subieron hasta el hombro y fue señalando
las pecas una a una, contándolas y perdiéndose en esos puntos color café
que se extendían hasta parte de la espalda.
Aún cuando estaban
debajo de las sábanas podía admirarlo en todo su esplendor, la claridad
en el exterior se lo permitía, atraída por la suave piel del hombro de
Thor se acercó y le depositó un tierno beso, apenas contacto de labios.
—Puede
que sepa, en algún lugar en lo profundo de mi alma… —muy bajito Megan
empezó a cantarle, su intención no era despertarlo, solo dejar salir lo
que sentía a través de la letra del tema—. Que el amor no dura, y
tenemos que encontrar otras maneras de conseguirlo nosotros solos, o
mantener la cara seria, yo siempre he vivido así manteniendo una
distancia agradable, y hasta ahora me había jurado a mí misma, que
estaría bien sola, porque nada merecía el riesgo, pero tú eres la única
excepción, tú eres la única excepción… —repetía que Thor era la única
excepción para ella, con su voz melodiosa de niña, esa que arrullaba el
sueño del chico.
Thor poco a poco era sacado del estado en el que
se encontraba por las suaves caricias en su espalda y la melodía que
Megan entonaba en voz muy baja, siendo apenas consciente de la situación
sin si quiera abrir los ojos decidió disfrutar de ese momento de
ternura, nunca había pasado por una situación similar y era algo que le
arremolinaba emociones en la garganta.
No podría decir como había
llegado a tal punto, su intención era arrebatarle a punta de promesas
vacías la virginidad a Megan, pero el tiro le había salido por la culata
porque ella a punta de sonrisas le había robado a él el corazón.
Megan
no era el tipo de mujer que él quería, no era la que hubiese elegido
para una relación estable, no entraba al margen de edad establecida,
mucho menos poseía las medidas por las que anteriormente se desvivía, no
tenía la experiencia que él requería, entonces se daba cuenta que el
amor no era cuestión de elección, era algo que de la nada llegaba y
rompía los índices de lo establecido y que aunque ella no lo supiera
también era la excepción para él.
Una sonrisa floreció en los
labios de Thor, para hacerle saber a Megan que había despertado, y sin
abrir los ojos extendió un brazo y le cerró la cintura para pegarla a su
cuerpo.
—¿Qué es lo que soy? —preguntó abriendo los ojos y
mostrando su mirada brillante, ese celeste que estaba más clara que de
costumbre.
—Tú eres la única excepción. —canturreó acariciándole
con el dedo índice el tabique y en segundos tuvo a su novio encima de
ella, llenándole de calidez y excitándola, no era sano sentir el cuerpo
desnudo de Thor, tenerlo piel a piel y no desearlo, requería de una
fuerza de voluntad que ella no poseía—. Buenos días mi dios del trueno,
mi hijo del Sol. —saludó sonriente, perdiéndose gustosa en esa mirada.
—Buenos días mi chica, mi hermosa novia… mi hermosa muñeca.
—Con las muñecas solo se juega. —acotó cerrándole con los brazos el cuello.
—Yo
nunca jugué con muñecas… lo mío siempre fueron los deportes extremos,
sobre todo los autos, pero ahora quiero a una muñeca en mi vida… Minha boneca, bonequinha —acortó
la distancia entre las bocas y le dio varios toques de labios—. Y no la
quiero para jugar, la quiero para que hagamos travesuras. —musitó
mordiéndose el labio inferior con las ganas que empezaban a despertarse
en él y sus manos volaban a los muslos de la chica abriéndola para él
que sabía en segundos estaría dispuesto para entrar en ella y una vez
más sentir que el sentimiento en su pecho podía abarcarlo todo, en la
cama donde las diferencias de estaturas no tenían ninguna validez.
Esa
chica empezaba a conquistarlo todo, o tal vez ya le pertenecía, pero
una parte de él todavía se rehusaba, aún algo le gritaba que no podía
ser, no podía ser que Thor Garnett, el mujeriego, aventurero, quien
había experimentado todo de la sexualidad, que había perdido hacía
muchos años la lista de las mujeres con las que había estado, que muchas
veces una sola mujer no le bastaba y por eso se había convertido en un
reverse gangbang.
Ahora simplemente se encontraba atrapado en las
redes de una niña, en su hermosa mirada gris y en su manera de ser, no
sabía si eso que sentía podría esfumarse con el tiempo, si terminaría
aburriéndose de esa relación, no podría saber que le deparaba el
destino, de lo que si estaba seguro era que de por el momento quería
estar con Megan, vivir con ella cada momento y estaba seguro que eso que
sentía no se le pasaría, en una semana, ni dos, tenía la certeza de que
al final de mes estaría con ella, porque aún había mucha necesidad de
Megan en él.
(Disculpen los errores, aún no ha sido corregido)
Cancion que le canta Megan a Thor
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